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Hola Beuchat,
Me llamo Mattia Malara, soy italiana y siempre he sentido una gran pasión por el mar. Descubrí la apnea en el mar a los 21 años, y desde entonces me ha marcado profundamente, convirtiéndose en una pasión para toda la vida.
Desde pequeña, cuando pasaba mis vacaciones de verano en casa de mis abuelos en Calabria, siempre me sentí atraída por el azul del mar y me metía al agua con mis primos para explorar el mundo submarino.
Un recuerdo muy vívido, aunque no de mi infancia, es una sesión de apnea durante un entrenamiento antes de mi primer récord nacional. Me encontraba en Liguria y, mientras entrenaba, me detuve a observar la pared rocosa cubierta de gorgonias rojas. De repente, un enorme pez luna (mola mola) se acercó a mí y me observó con curiosidad. Unos días después, justo cuando comenzaba mi intento de récord, otro mola mola se me acercó en la superficie, me examinó y luego me siguió durante parte del descenso, casi como un ángel guardián. Experiencias como esta me hacen comprender que, si nos acercamos al mar con respeto, él nos devuelve la bienvenida con emociones inolvidables que me mantienen conectada a este mundo.
El primer producto que quise probar con curiosidad fueron las aletas Libeccio Elite Carbon. Me sentí cómoda de inmediato, tanto por el calzante ergonómico como por la pala de carbono, muy reactiva.
He probado varios productos de Beuchat y entre mis favoritos están la máscara Maxlux S, que ofrece un gran campo de visión con colores vivos, y la máscara Shark, que prefiero para inmersiones profundas por su volumen ultra reducido.
El traje Zento Lady es perfecto, como una segunda piel. Cuando la temperatura baja, aprecio mucho el traje Inspiro de 5mm. Tuve el placer de probarlo mientras asistía a Fausto Firreri durante su récord en Valle de Aosta, en el Lago Lod.
Siempre llevo conmigo mis aletas Libeccio Elite Carbon y la máscara Shark.
Soy instructora de apnea de la Apnea Academy desde 2004 y este año celebro 20 años enseñando.
Como casi todos, adoro los mamíferos marinos. He tenido la oportunidad de nadar con delfines, enormes tiburones ballena, mantarrayas, tiburones de arrecife y tortugas. Sin embargo, uno de los encuentros más especiales fue con una pequeña criatura: un caballito de mar aferrado con su cola a una cadena, descubierto durante una inmersión recreativa con niños en el Mar de Liguria.
No tengo un solo recuerdo, sino varios.
Uno de los más bonitos es, sin duda, mi época como atleta. Fue un período muy exigente porque tuve que compaginar entrenamientos y trabajo, pero a lo largo de los años este camino cambió mi vida y contribuyó a hacerme la persona que soy hoy.
El 3 de septiembre de 2005, durante el Campeonato Mundial AIDA en Villefranche-sur-Mer, establecí el récord italiano femenino de apnea en peso constante con una profundidad de -64m, ocupando el tercer lugar en el podio.
El 26 de febrero de 2006, en el Lago Nero (2100m) en Cesana (TO), establecí el récord mundial de apnea lineal bajo el hielo, recorriendo una distancia de 70 metros.
Mi escuela nació el mismo año que mi primer hijo, Lorenzo—¡dos nacimientos en un año, un pequeño récord personal! En 2007, fundé la escuela de apnea "LAPNEA" con Davide Beneventi (instructor A.A.), con el objetivo de enseñar una apnea segura tanto a adultos como a niños.
Hablando de niños, este año lancé un hermoso proyecto para introducir la seguridad en el agua a través de la apnea en varias escuelas, que acogieron la iniciativa con entusiasmo. Al final, 450 niños participaron, con excelentes comentarios por parte de profesores, alumnos y padres.
Por último, entre los recuerdos más bonitos, no puedo olvidar el entusiasmo y la sorpresa de las personas que descubren esta disciplina cada año—comienzan con curiosidad pero con muchas dudas, y luego logran resultados que nunca habrían imaginado.
La apnea es un deporte para todos, como los juegos de mesa—es difícil explicar la sensación, así que siempre recomiendo probarlo.
Sin embargo, es esencial hacerlo con una escuela y con instructores cualificados para aprender las técnicas de manera segura... y como siempre les digo a mis alumnos más jóvenes, la regla número uno es: "¡Nunca vayas solo al mar!!!"
La familia Maiorca siempre ha sido una gran fuente de inspiración para mí, al igual que Umberto Pelizzari, pero la campeona cubana Deborah Andollo es a quien más seguí cuando era apneísta amateur. Tenía una elegancia increíble al sumergirse en el azul, y siempre he admirado sus logros.