Todo empezó en 1934 a orillas del Mediterráneo, en las calas de Marsella al sur de Francia. Todo surgió de Georges Beuchat, el pionero, de sus encuentros con apasionados del submarinismo como él y sus deseos de compartir con el máximo de personas su pasión por el mar y la exploración submarina. Una bonita historia jalonada por innovaciones que han dejado sus huellas en las vivencias de todos los apasionados que han seguido sus pasos.
En 1953, Beuchat dejó su huella en el ámbito del submarinismo tomando la senda definitiva de la modernidad. Con la llegada al mercado del primer traje isotérmico, el juego cambió: el submarinista, ahora bien protegido, ya podía dedicarse a su pasión sin restricciones, abandonándose por completo al placer.